A partir de esta interacción, pueden empezar a desarrollar su libertad y su autonomía. La libertad para poder tocarla, olerla o amasarla si es necesario, y autonomía para poder decidir qué comer primero o después.
Los bebés se encuentran en una etapa exploratoria y toda la información la reciben mediante sus sentidos; esa es la única forma en que podrán descubrir lo que están haciendo.
Aunque suene absurdo, para un pequeño de 6 meses que recién empieza a comer es necesario relacionar la alimentación con un momento de diversión, de pasar un buen rato con mamá o papá, o con la persona a cargo. No deben asociar el comer con un momento durante el cual él o la persona cuidadora pasan un mal rato.
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La alimentación tiene que ser sinónimo de integración en familia, para que por, asociación e imitación, copien el acto de comer y lo disfruten.
Los primeros meses no nos preocupemos tanto en que realmente coman -es decir, en que terminen toda la porción o reciban todo tipo de alimentos-, ya que hasta aproximadamente los 10 meses su mayor fuente de nutrición seguirá siendo la leche. Ocupémonos de desarrollar su curiosidad y atracción hacia los alimentos.
Siempre respetemos señales de saciedad o seamos pacientes durante los días en que coman menos. Si los forzamos a terminar una porción, originaremos que sentarlos en la silla de comer se convierta en una tortura.
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