El es una enfermedad que se desarrolla por el crecimiento descontrolado de células que forman un tumor o bulto maligno en la mama. Es en el mundo el tipo de neoplasia más frecuente que padecen las y en el Perú ya alcanza los 7 000 nuevos casos por año. Para el doctor Martín Falla, oncólogo de Oncosalud, el tratamiento contra el cáncer de mama puede tener resultados exitosos hasta en un 90 % de los casos si es detectado a tiempo. En la actualidad el 40 % de los casos son diagnosticados en estadios avanzados, lo que hace difícil combatir la neoplasia.

Por ello, el especialista compara ambos métodos de despistaje para determinar cuál es mejor para hallar el tumor en etapa temprana.

Mamografía versus el autoexamen a la mama

En mujeres a partir de los 40 años se recomienda una mamografía anual, porque es la única manera de poder diagnosticar lesiones o tumores menores de 2 cm (etapa temprana). Mientras que el autoexamen a la mama ayuda a detectar lesiones o tumores más grandes, mayores a 2 cm.

Una de las desventajas del autoexamen es que no puede detectar lesiones pequeñas porque estas se ocultan en el tejido mamario y el tacto no puede identificarla; por el contrario, la mamografía logra identificar lesiones que no son palpadas e incluso detectan microcalcificaciones (lesiones no palpables más frecuentes en la mama) que podrían mostrar el inicio de un cáncer de mama.

En conclusión, el doctor Falla señala que el principal objetivo del autoexamen es lograr que las mujeres aprendan a conocer su cuerpo en condiciones normales si es que encuentran un hallazgo deben de acudir inmediatamente al médico. Sin embargo, no debe entenderse como un reemplazo a la mamografía, ya que esta es un examen radiológico que utiliza dosis bajas de rayos X y ayuda a visualizar el interior del tejido mamario en busca de lesiones tempranas, lo que favorece al paciente ya que se le detecta cuando el tumor recién esta apareciendo.

El procedimiento de la mamografía es muy simple, la paciente debe estar de pie y luego se coloca la mama sobre una placa de plástico. Después se comprime con otra placa, con el objetivo de esparcir el tejido mamario, se captura la imagen que luego es analizada por un médico radiólogo.


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