Los dulces producen enfermedades y problemas habituales por su consumo elevado, por ejemplo, complicaciones cardiovasculares, sobrepeso, obesidad, caries y formación de placa bacteriana. Los niños con problemas de peso son más propensos a ser resistentes a la insulina, un precursor de la diabetes tipo 2. Además, hay que tener en cuenta que la obesidad infantil es uno de los desafíos de salud pública más graves del siglo XXI.

En Perú el sobrepeso y la obesidad afecta a casi el 70% de la población según el Centro Nacional de Alimentación y Nutrición. Por su parte, el Ministerio de Salud ha señalado que son 1,4 millones de peruanos los que tienen diabetes actualmente. Esta cifra también engloba a los menores.

La dra. Aurora García Tejedor, Directora de la Maestría Oficial en Nutrición y Salud en de la Universidad Internacional de Valencia –VIU-, explicó que los niños se ven afectados por la tipo 1 debido a diferentes factores, entre ellos los genéticos, donde hay casos que se hereda la predisposición a padecer la enfermedad, no la diabetes en sí, sino una autoinmunidad.

Hay que resaltar que los padres son los encargados de controlar la ingesta de dulces en los niños y, en primera medida, es importante aclarar que el cuerpo humano no necesita azúcar libre para el correcto funcionamiento de los diferentes órganos como el cerebro y los músculos. Su necesidad radica en la glucosa, un hidrato de carbono que se puede obtener de numerosos alimentos saludables, como la fruta y la verdura.

El llamado de los expertos también se enfoca en que los padres procuren no utilizar los dulces como premio en los niños. Si de manera esporádica consume alguno, es imprescindible realizar una buena higiene dental tras comerlos. En general, una de las formas más eficaces de controlar su consumo en niños es siendo un ejemplo para ellos, es decir, los menores tienden a seguir el modelo de consumo alimentario de sus padres, por tanto, es importante que los adultos sigan una alimentación balanceada. Dando ejemplo se construye la educación alimentaria.

Primeros síntomas de diabetes

García  agregó que los signos de alarma que pueden alertar a los padres para detectar la diabetes en los menores “son fáciles de identificar y entre las más comunes están sed excesiva; orinar con demasiada frecuencia; hambre a todas horas; nicturia, es decir, los niños mojan la cama en la noche; pérdida de peso más de lo normal; debilidad física y cansancio; visión borrosa; náuseas; vómitos, aliento con olor extraño; irritabilidad; calambres musculares; y en la diabetes tipo 2, los síntomas pueden ser similares, pero suelen ser menos intensos. Por ello, en muchas ocasiones pueden pasar años desde los primeros síntomas hasta el diagnóstico “ sostuvo.




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