Una buena noticia para las parejas que desean ser padres. Como parte de la , los diversos tratamientos de fertilidad como la inseminación artificial, la criopreservación de óvulos y la Fertilización In Vitro han vuelto a reanudarse luego de la suspensión de casi tres meses de estos servicios.

Gracias a esa decisión, muchas parejas han dejado atrás la angustia y preocupación, pues estos tratamientos suelen ser la última opción que tienen para convertirse en padres o madres. Por tal motivo, diversas clínicas especializadas han tenido que reforzar sus protocolos de seguridad e higiene, debido a que la pandemia del COVID-19 aún no termina.

“Cuando una paciente quiere someterse a una Fertilización in Vitro, se le hace una prueba rápida de COVID-19 días previos a la estimulación ovárica. Si da positivo, se la deriva a un centro que atienda estos casos. En caso sea negativo, se sigue con el tratamiento”, explica el Dr. Javier Ascenzo Aparicio, ginecólogo y experto en fertilidad asistida de la Clínica Miraflores.

Asimismo, la protección se replica en cada etapa de la intervención y en cada una se realizan pruebas de descarte para conocer si el paciente se ha contagiado durante todo el proceso. “Hasta el momento no se ha demostrado que este virus ingrese al semen ni que infecte los óvulos y embriones. No hay estudios que demuestren eso. Igualmente, es bueno ser precavidos”, acota el experto.

Por ello, se ha multiplicado el uso de materiales y equipos de protección personal, tanto para médicos, enfermeras, biólogos y técnicos y las propias pacientes. Además de las mascarillas obligatorias, se usan batas descartables y protectores faciales en cada fase. “Para reforzar el cuidado usamos protección ocular. Esta crisis nos ha permitido reforzar estos cuidados por el bien de nuestras pacientes”, agrega Ascenzo.