COVID-19 ESTÁ EN MERCADOS. Este fue el titular de Ojo el 30 de abril y muchos graciosos, sobre todo aquellos que hacen el circo a escondidas en las redes sociales, comentaron sandeces, como que no estábamos descubriendo la pólvora y cosas por el estilo.

Ciertamente, no estábamos descubriendo la rueda, pero sí ahondando en una cruda realidad que se olía a leguas. Las aglomeraciones, el desorden y el desacato total a las normas de prevención, lógicamente, estaban sobándole la pancita al .

Y la muestra más contundente de esta peligrosa situación la hemos visto este miércoles, en el Mercado de Frutas, de La Victoria, donde -escuchen bien- el 79% de pruebas rápidas aplicadas a 200 comerciantes dieron positivo para COVID-19.

Igual panorama de contagio se registra en los diversos centros de abastos a nivel nacional y, por eso, acabamos de escuchar al presidente Vizcarra reiterar que se pondrá orden en 200 mercados, que junto a los bancos y el transporte conforman lo que podría llamarse la trilogía del mal.

Cuánta razón tenía, también, el mandatario cuando dejó por sentado que “si van a comprar papa o lechuga (en los mercados), se van a llevar de yapa el virus”. Se ha cumplido al pie de la letra.

En todo caso, el jefe del estado es estoico frente a la pandemia y acaba de afirmar, literalmente, lo siguiente: “El Perú llegó al tope, a la cima, y comienza ya este nivel lento de descenso, que es lo que habíamos estado esperando".

No faltarán los que digan “ver para creer”, pero, antes que eso, deberían cumplir con el confinamiento, lavarse las manos con harto jabón las veces que sea necesario, usar mascarilla, guardar la distancia y refugiarse en la unidad como factor clave para vencer al virus cornudo.

Ah, me olvidaba, poner más camas a disposición de nuestros enfermos nos parece una buena noticia.

Esto fue todo por hoy, cierro el ojo crítico, los encuentro en mis redes sociales, hasta mañana Dios mediante.