Hoy se cumple un año de la tragedia ambiental más grande que se haya registrado en el Perú. Hace un año ocurrió el derrame de petróleo en el mar de Ventanilla. Fueron 11,900 barriles de crudo que dieron a parar al mar tras romperse la estructura que lo trasladaba desde un buque hacia la refinería La Pampilla, propiedad de la empresa Repsol, ocasionando la muerte de flora y fauna, y dejando a miles de pescadores y comerciantes sin trabajo. Ha pasado un año y aún no existe una versión oficial de la situación real en la que se encuentra actualmente la zona afectada; es decir, ninguna autoridad del Ejecutivo, léase Ministerio del Ambiente, ha emitido un informe oficial. Aunque hay señalización que indica que la playa no es apta para bañistas, se desconoce con estudios y documentos el estado actual de las playas, igual los veraneantes asisten, poniendo en riesgo su salud. Si bien Repsol ha indemnizado económicamente a los afectados, la vida que llevaban antes del accidente ambiental nadie se la devolverá y eso no tiene precio.