La manera inapropiada en cómo actuó la Fiscalía durante el allanamiento a la casa de la presidenta Dina Boluarte solo sirvió para que la mandataria esgrimiera un Mensaje a la Nación denunciando la manera “discriminatoria e inconstitucional” de cómo se llevaron a cabo las diligencias en su domicilio. La jefa de Estado, más allá de esclarecer el origen de los lujosos Rolex, aprovechó la situación para afirmar que la atacaban de manera sistemática por el simple hecho de ser mujer. Más allá de la forma exagerada en que actuaron los agentes de la Diviac, la presidenta debe dejar de jugar al misterio y aclarar de una vez por todas cómo pagó los costosos relojes que ostenta. De demostrarse que existe enriquecimiento ilícito, que caiga sobre ella el peso de la ley, y los congresistas presenten una moción de vacancia y la declaren en permanente incapacidad moral. Actuar de manera desproporcionada solo alimenta el argumento para que los escuderos afirmen que existe una intención política de desestabilizar al gobierno de Dina Boluarte.