El primer paso es estar seguro de que existe sobrepeso. El control de niño sano, que hace un seguimiento de su curva de talla y peso, reflejará su condición. Luego, es importante tener en cuenta que, si el niño ganó peso de más, no podemos culparlo, ya que somos los padres los responsables de supervisar sus hábitos y asegurar su buena nutrición.

Otro punto importante es evitar mensajes calificativos hacia el pequeño, por el contrario, debemos explicarle que alimentarse saludablemente le permitirá crecer, desarrollar, sentirse bien y, por esa razón, se hará cambios en la alimentación.

Esos cambios empiezan por ordenar horarios, darle alimento 5 veces al día (las 3 comidas principales y 2 snacks), cada 3 a 4 horas. Retirar de su dieta golosinas, frituras y bebidas azucaradas. Si desean algún postre, que sea nutritivo, como la crema volteada. Finalmente, antes de retirar el pan, el arroz o la papa consulte con un nutricionista. Y es esencial promover el ejercicio diario en el menor.

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